Había una vez una pequeña hada muy traviesa que siempre iba asustando a sus compañeras. Un día esas bromas le pagaron factura.
Entre todo el pequeño pueblo de las hadas, Yinea, decidieron gastarle una pequeña broma para que dejase en paz a los demás.
Se esconderian todos por los alrededores del pueblo y cuando ella viese que estaba sola tal vez pidiese perdón.
Así lo hicieron pues, se escondieron todos, pero en cambio al no ver a ninguno de los habitantes pensón que se habían ido a buscar frutas silvestres al bosque.
Pasaron las horas y no aparecía nadie de aquel pequeño lugar, se empezó a asustar cuando encontró una nota en un pequeño árbol que decía:
Cuando hayas aprendido la lección por todos los males que as hecho volveremos y te perdonaremos, mientras no, estarás sola y no podrás hacer nada.
Ella `pensó que era una broma, asi que se acostó como todas las noches y se quedó dormida.
Cuando se despertó empezó a llamar a sus padres, pero al ver que no le respondian, un poco asustada se fue a buscarlos al pueblo, pero allí no había nadie.
Empezó a llorar y a pedir perdón entre sollozos, mientras prometió no volver a hacer mal a nadie.
Al final volvieron todos devuelta al pueblo, abrazó a sus padres y volvieron a casa para desayunar.
.:~FIN~:.
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