sábado, 19 de febrero de 2011

Troskys Capitulo 1

Capitulo 1
¡Baja aquí Carlota!, que no tenemos todo el día:
_ ¡ya voy mama!
Hoy es día de mudanzas, mi madre, ya ha preparado todas las cajas para salir de la ciudad, al parecer nos vamos a un lugar llamado troskys, yo ya lo he buscado varias veces en el mapa, pero me parece que ni siquiera está ahí, tampoco sé porque mi madre ha decidido que nos mudásemos. Últimamente estaban pasado cosas muy raras, pero lo peor es, que me tengo que volver a cambiar de colegio, cuando he dicho volver me refiero a que ya he cambiado cinco veces de escuela, pero en ninguna me trataban bien, esa era la razón de que mi madre me quitara de ellos. Nunca he tenido ningún amigo, ni ninguna mascota, todo ha sido muy solidario, porque con tantos cambios, no teníamos tiempo de hacer amistades ni de cuidar a ninguna mascota.
El camino se me estaba haciendo eterno, creo que ningún coche puede aguantar tanto en la carretera sin explotar, porque era lo que estaba a punto de pasarme como no fuese al lavabo en una milésima de cero con dos segundos.
Yo estaba intentando dormirme, aunque con lo de intentar me refiero a que se me hacía imposible dormir en aquel camión, que hacia un ruido enorme, parecía una excavadora no un camión de mudanzas, y encima el conductor no paraba de cantar a ritmo de la radio canciones country, cuando mi madre dijo:
_ ¡ya estamos¡
Yo me levante corriendo de aquel apestoso y mugriento sillón, manchado de mayonesa y pescado podrido, y Salí corriendo a tomar el aire y a conocer a nuestros nuevos vecinos, cuando me di cuenta, de que:
_ ¡estaba completamente vacío¡ no había niños jugando, ni ancianas esperando en la puerta a que sus nietos entraran a merendar, ni padres caminando al trabajo ni...Entonces mi madre me interrumpió y dijo:
_!mira donde esta nuestra pequeña casa ¡
Yo mire hacia donde ella señalaba:
_ ¿pequeña?, pero si eso es más grande que todos los colegios en los que he estado, ¡juntos!
Mi madre me dio tres maletas para que las metiera dentro de la casa, y luego me marche a jugar y a buscar amigos. El pueblo era lo bastante pequeño, como para que en menos de dos segundos ya me empezaba a adentrar en el bosque. Pasadas unas horas, vi una pequeña casa adentrada en el bosque, cuando llegue a acercarme del todo, me di cuenta de que, no era una casa, sino una escuela enorme, que estaba llena de niños y niñas, y los profesores estaban dando clase. Era bastante extraño, porque normalmente las clases se dan de lunes a viernes, y era domingo, a las seis de la tarde, yo recopile todo lo que vi y:
_ espero, que fuese un día especial, porque yo jamás iría a la escuela un fin de semana. Luego, me fui a mi casa y se lo conté a mi madre, pero ella no me creía, aunque sabía que ella aun no ha visto a ningún niño pasear por las oscuras calles de troskys, ni tampoco ha visto a ninguna madre pasear a comprar fruta, ni tampoco ningún comercio, ni ninguna publicidad.
Ya era lunes, y mi madre me estaba comprando las cosas necesarias para poder ir al colegio, los libros, los cuadernos, el macuto... y ¡qué era lo que veía¡ mi madre me estaba cogiendo un uniforme que parecía sacado del armario de una “ anciana”, pero lo peor estaba todavía por llegar, el uniforme era negro, tenía una camisa blanca, una falda negra con tablas, un jersey negro, unos calcetines negros y unas Merceditas negras , lo bueno es... Creo que no hay nada bueno en esto, es más, es horrible quiero irme, salir de esta horrible pesadilla y entrar en un lugar lleno de niños jugando, y, quiero decir que ojala estuviese en un lugar normal.
Estaba teniendo una pesadilla horrible, cuando...
_!pi, pi, pi, pi... ¡
De repente me sonó el despertador, y me caí de la cama, pero:
_¿ cuando me fui yo a la cama?, solo recordaba que estaba comprando y...Qué extraño, no entendía nada...Pero todas las cosas que tenía en la cabeza se fueron volando al ver mi habitación, era enorme, tenía una chimenea, con un montón de libros colocados por orden alfabético, una lámpara en la que su interior en vez de una bombilla había una vela encendida, y el papel de la pared era bastante extraño, estaba arañado y era bastante viejo, también, tenía un caballo de madera, muñecas de porcelana sentadas en el suelo, coches de carreras de los años ochenta, y un tren bastante antiguo de color negro que estaba colocado en el techo de la habitación, que hacia un ruido muy raro, como si estuviese averiado, o fuese bastante antiguo.
Cuando Salí de la habitación, fui a explorar toda la casa, pero era tan enorme, que no pude terminar de verla del todo, pero por lo que pude ver, me pareció que estaba lo suficiente sucia, como para tener dos mil años de antigüedad, como mínimo.
Cuando baje a desayunar, mi madre tenía mi uniforme preparado, para empezar el colegio, yo intente escabullirme, pero, mi madre desgraciadamente me encontró, y me obligo a ponerme el uniforme para no llegar tarde al colegio. Al terminar de vestirme se me ocurrió mirara el reloj de cuco que había colocado en la cocina y, pero:
_ ¡cómo era posible!, eran las cinco de la mañana, yo se lo intente explicar a mi madre, pero no me creyó, porque pensaba que sería uno de mis trucos para escabullirme del colegio, y me dio un poco de dinero y me mando a la escuela.
Al llegar a la escuela, vi un pequeño carro que vendía comida, y golosinas caseras, me acerque y pregunte al hombre que había en del carro:
_ disculpe señor, ¿me pude dar una caja de bombones?
El hombre muy amablemente me la dio, pero al darle el dinero el hombre cabreado, me dijo:
_ te estás quedando conmigo, es que crees que no se que ese dinero es falso.
Yo muy extrañada le mire, y mire el dinero que tenía en una bolsa vieja, no tenía ni punto de comparación con el que yo tenía en la mano, y para evitar más disgustos Salí corriendo de allí, y me dirigí a la escuela lo más deprisa posible, intentando que aquel hombre no me agarrara, y por suerte me apresure, y abrí la puerta de la escuela, y antes de que aquel hombre me alcanzara el pie, la cerré, y marche a la clase. Cuando entre en ella, me pareció que me acababa de confundir de aula, en la pizarra había una teoría matemática realmente complicada, y los pupitres estaban llenos de polvo, y de miles de niños muy callados y atendiendo al profesor, yo intente salir de la clase de nuevo, pero un hombre que vestía con un traje de chaqueta, me agarro, y me presento a los sesenta chicos y chicas de la clase , luego me regaño por llegar un minuto más tarde de lo previsto, y me castigo haciéndome resolver el problema de la pizarra, yo sin entender nada, me quede callada y le mire intentando explicarle, que yo nunca había dado nada de eso, luego todos los niños de la clase se rieron de mi, y el profesor me mando a leerme un libro de doscientas quince paginas antes de que acabara la clase, y mando a otro niño a resolver el problema, que en menos de dos segundos lo termino, yo sorprendida empecé a leer el libro. Cuando ya llevaba varias páginas leída, note que algo no cuadraba, me levante del pupitre y le dije al profesor:
_ Profesor, este libro, tiene un fallo, aquí dice que el hombre nunca pisara la luna.
El me miro, y junto con todos los demás niños se quedo de piedra unos momentos, hasta que se acerco a mí y me dijo:
_ ¿y no es así?
Yo mas asustada aun, se lo intente explicar, pero en ese mismo instante, sonó una campana que indicaba el recreo.
Al salir al recreo, todos los niños se acercaron a un pozo, y se pusieron a jugar lanzando piedras en su interior, otros, se pusieron a jugar a la comba y al futbol, y por último, unas niñas, escribieron unos números en el suelo, y se pusieron a tirar piedras y a saltar sobre los números, a la pata coja. Yo sin saber a dónde ir me puse a observar a todos los niños, cuando de repente se me acerco una profesora, y nos alejo a todos del pozo, y luego lo cerro, para que no volviéramos a tirar ninguna piedra, para que no se atascara.
Yo no paraba de mirar el reloj de cuco de las aulas, para saber, cuando terminaríamos las clases. Ya eran las ocho, yo estaba ya cansadísima, estaba a punto de dormirme, cuando:
_¡din, don, din, don!
La campana de la iglesia empezó a sonar, y todos los niños empezaron a salir de las clases, y se fueron a sus casas. Yo fui a explorar un poco el pueblo, y me pare en una tienda que había en una esquina al lado del colegio del colegio. Al parecer había que hacer sonar una campana, para que alguien te atendiera. Yo no tenía ni idea, y grite preguntando:
_¡ disculpe, tienen televisores!
El hombre, me miro extrañado, y me dijo:
_¿ qué es un televisor?
Yo me asuste, y me fui corriendo a mi casa. Allí me estaba esperando mi madre con un vestido de color naranja, que acababa de hacerme, para la fiesta del pueblo, que se celebraría a las diez de la noche en el patio del colegio, donde se presentarían todos los profesores, profesoras, padres, madres...por fin el pueblo dejaría de ser tan aburrido. Mi madre me pidió que me fuera a la ducha, y que me pusiera el traje que me había cosido, para llegar a tiempo a la fiesta del pueblo. Yo le hice caso, y termine de vestirme a tiempo como me pidió mi madre, y juntas nos dirigimos con una cesta de mermelada que cocinamos juntas, para quedar bien.
Pasado un tiempo nos empezamos a adentrar en el bosque, a la vez que oscurecía la noche, y en ese mismo instante escuchamos un ruido, de lo más desagradable, yo tenía mucho miedo, pero mi madre no paraba de reírse, hasta que, se escucho un rugido entre los arbustos, y un lobo enorme se abalanzo sobre mí, pero antes de poder rozarme, una bala, le atravesó la pata izquierda, y callo rendido al suelo, y se fue cojeando de nuevo para los arbustos. Mi madre y yo estábamos allí sin saber a dónde ir, cuando dos cazadores que rondaban por ahí, se nos acercaron y nos dijeron:
_ hoy es vuestro día de suerte, tenéis que tener cuidado con los hombres lobo, si no llegamos a estar aquí, no sé qué abríais hecho.
Cuando llegamos a la fiesta, nos esperaban con una mesa reservada cerca del césped, junto a la directora de la escuela, a la que hacían llamar, Nuria maría, mi madre se acerco a ella y se pusieron a hablar, sobre cómo era el colegio, y un montón de cosas más de las que llegue a enterarme muy bien, y me fui a explorar el patio del colegio. Yo no paraba de mirar el reloj, para no llegar tarde al almuerzo, y hacer que mi madre sospechara que estaba dentro del colegio, cuando estaba terminantemente prohibido entrar en él, días festivos del pueblo, como el que se estaba presenciando en el patio del recreo.
Cuando solo faltaban unos minutos para salir de allí, me encontré, con una mujer que me resultaba muy familiar, demasiado diría yo, era algo extrañísimo, y tenía tanta curiosidad por saber el porqué, que me acerque a ella para preguntárselo, pero cuando estaba a punto de hacerlo, ella ya se había esfumado, como su fuera una mota de polvo, quizás tenía mucha prisa por llegar a la comida, y entonces lo recordé, se me había pasado por completo, mi madre estaría muy preocupada, y estaría buscándome por todos lados, no dude ni un minuto en pensármelo, y Salí de allí a toda prisa, como si mi vida dependiese de ello, pero, no podía ser posible, la puerta principal estaba cerrada, intente abrirla, pero no pude, entonces se me apareció de nuevo aquella mujer, pero esta vez no tenía tiempo de hacerle ninguna entrevista, y le pregunte, si había alguna puerta trasera, y ella muy educadamente, me dijo, que había cinco puertas traseras, pero que no confiara en que estuviesen abiertas, porque seguramente, todos los profesores ya se abrían encargado de cerrarlas, yo salí pitando de allí, sin embargo esta vez aquella mujer, no parecía tener mucha prisa, en salir de allí, y fue gracias a ello que me di cuenta de que tenía unas llaves colgadas en el cinturón, me pare y me di cuenta de que no eran unas simples llaves, había cinco llaves, que con cada paso que daba sonaba una diferente. Entonces me acerque a ella como si no necesitara nada, y le pregunte sobre qué era lo que le colgaba del cinturón, entonces ella, me miro y por ordenes de la directora me dijo que no, y siguió caminando, pero esta vez más deprisa, intentando librarse de mí, y sin durarlo dos veces, le arranque las llaves del cinturón, y corrí hacia la puerta trasera más cercana, pero tuve que pararme a mirar la cerradura para poder meter la llave, cada vez estaba más nerviosa, tenía las manos sudorosas, y me temblaban, cada vez que miraba hacia atrás, podía ver como se acercaba, como se me dormían las manos del miedo, y ¡por fin! Encontré las llaves, pero cuando fui a meterlas en la cerradura:
_ ¡puf!
Las llaves se cayeron al suelo, por suerte las cogí a tiempo y abrí la puerta y...:
_ ¡haaaahh!
Mi madre estaba delante de mi muy cabreada, y a mí me dio un susto de muerte, pero yo en lo único que pensaba era en librarme de aquella mujer que aun seguiría corriendo para pillarme.
Mi madre, me llevo a la mesa, para presentarme a una mujer que había conocido gracias a la directora, y...
_ ¡No podía ser! Era ella era la mujer, pero, si había estado todo el tiempo detrás de mí, como es que mi madre decía que había estado hablando con ella todo el tiempo que yo había estado fuera, y entonces para saber si era cierto, mire el lazo que tenía en el vestido y... ¡no tenía las llaves!, entonces intente mirarle el cinturón a la mujer, que envés de estar vacio, tenía las llaves colgadas, e intactas, yo me frote los ojos, mero no sirvió de nada, seguía despierta, así que me senté a almorzar con mi madre, y a intentar que se me fuera de la cabeza todo por lo que había pasado.
Al terminar de almorzar, una mujer con un enorme lienzo decidio empezar a pintarnos, mientras nosotras aguantábamos la risa, y nos quedábamos quietas para que el dibujo quedara perfecto.
Cuando anocheció, mi madre decidió, ir en un coche de caballos que había aparcado en la puerta de la escuela, porque no quería volver a encontrarse con lobos por el camino.
Al llegar a casa, mi madre me dijo, que porque no iba a la biblioteca del pueblo, a hacer los deberes, yo le hice caso, aunque con muy mala gana, porque eran las nueve de la noche y tenía miedo de que cualquier criatura me hiciese daño, porque desde que vi a aquel lobo, tengo miedo de salir por las oscuras calles del pueblo. Cuando llegue a la calle principal, me di cuenta, de que solo había una farola encendida en el centro de la plaza, y bajo su pequeña luz, estaba sentado un niño de pelo blanco, y piel blanca, y me acerque a él, porque me pareció que tendría unos doce años, como yo. Cuando me senté a su vera, su inquietante mirada, m asusto por un momento, sus ojos eran de un color bastante extraño, su ojo izquierdo era de color celeste, en cambio el derecho era de color negro. Entonces le pregunte:
_ ¿perdona, cómo te llamas?
_ Mi nombre es Nicolás , puede que te parezca extraño, pero es que mi dueño, me lo puso así.
Yo no sabía a qué se refería con el tema de su deño, y le pregunte:
_ ¿a qué te refieres?, no tengo ni idea de que me estás hablando.
Entonces me miro, y se puso aun mas pálido, su piel, estaba cambiando y su cuerpo estaba vibrando, como si fuese a explotar, pero en vez de eso, su cuerpo de adolescente, cambio al de un adulto, mas tarde, al de un anciano, que a su vez se me acerco, e intento agarrarme, yo Salí de allí a toda prisa, pero aquel anciano corría demasiado deprisa, como para que yo pudiese escapar, y entonces salto sobre mí, convirtiéndose en ceniza, y deslizándose de nuevo sobre el banco, transformado en un pequeño dragón, con sus mismos rasgos, entonces lo entendí, cuando dijo que se refería a que tenía un dueño, quería decir que, el era un dragón, pero, qué extraño, no podía creerlo y me lo lleve corriendo a mi casa, para que no se quedase solo en la oscuridad de la noche.
Cuando llegue a mi casa, mi madre me esperaba para cenar, entonces decidí que sería un buen momento para no enseñarle el dragón que me había encontrado, pero para librarme de disgustos, no le conté todo lo ocurrido. Entonces ella se adelanto, y me pregunto:
_ ¿de dónde es ese dragón?
Entonces le dije:
_ estaba abandonado en la plaza, bajo una farola.
Mi madre me creyó, pero eso era porque pensaba que era un muñeco que se le había perdido algún niño en la plaza, y decidió colocarlo encima de la cama de una de las habitaciones que estaban abandonadas, que había de sobra en nuestra nueva casa, para que al día siguiente, no estuviese perdido, y poder dejarlo de nuevo en la plaza.
Cuando me desperté, me caí de la cama, acababa de tener una horrible pesadilla con aquel dragón, y para saber si no había sido una pesadilla, fui a ver a mi madre, que se había llevado al dragón a la habitación el día anterior, pero cuando entre, él no estaba allí, era muy extraño, quizás yo tendría razón y todo había sido una pesadilla, una horrible pesadilla. Entonces fui al salón, y mire por la ventana, y...:
_ ¡estaba nevando!
Yo corrí y fui a mi habitación, y me puse el abrigo, para salir a la plaza y poder averiguar si aquel niño existía de verdad.
Cuando llegue a la plaza, el niño no estaba allí, pero las cenizas del anciano seguían en el banco, y sus huellas se cortaban en mitad del camino, igual que como yo recordaba, y fue en ese mismo momento cuando una mujer, abrió la cancela de su casa, y Salió con un niño, pero, no podía ser:
_ ¡era el niño ¡ era el dragón, era el anciano, era él.
Sin pensármelo, me acerque a él, y le pregunte si se acordaba de mí, entonces se me acerco, y sin que nadie se diera cuenta, me dio un trozo de papel de periódico, y me lo puso en la palma de la mano, y luego se fue con aquella mujer al mercado. Yo me fui corriendo a la biblioteca, para averiguar de qué año era aquel periódico, porque por el aspecto que tenia aquel trozo de papel, parecía tener muchísimos años de antigüedad, como si fuese del siglo pasado, así que me dirigí a la biblioteca, pero la sección más moderna era del año 1930, lo cual me pareció bastante extraño, pero cuando fui a adentrarme en la biblioteca, un hombre de aspecto muy siniestro, no paraba de seguirme, me sentía vigilada por todos los aspectos, así que me marche, y pensé en volver a la noche, cuando la biblioteca estuviese bacía.
Ya eran las doce de la noche, mi madre creía que estaba dormida, pero no tenía ni idea, me acababa de poner unas botas de invierno grises, un abrigo, y unos guantes de color negro, todo encima del pijama, para no pasar frio caminando por la nieve. Cuando pasaron unas horas, me empezaba a congelar del frio que hacía, pero yo sabía, que debía de ir a la biblioteca, así, que, cogí fuerzas, y muchísimo aire, y me dirigí a la biblioteca, que estaba en la otra punta del pueblo, pero cuando me empecé a adentrar en el bosque, note como si alguien me estuviera siguiendo, mire varias veces atrás, pero no vi a nadie.
Cuando llevaba varias horas caminando, me di cuenta, de que ya había pasado por el mismo lugar antes, justo cuando Salí de casa, y entonces vi la farola de nuevo, y vi a Nicolás, que mas tarde me llamo y me dijo:
_ creo que ya te abras dado cuanta, de que a partir de media noche, no se puede salir del pueblo, porque un rey, lo hechizo para que nadie pudiera escaparse de él, es más te contare una historia.
_Había una vez, un niño llamado Nicolás que vivía en el castillo, junto con su hermano mayor David. Los dos chicos de trece y dieciséis años, tenían que ensayar y estudiar, para la gran competición de tronos, pero una noche, el hermano mayor salió de la casa a media noche, y se dirigió a el castillo de la otra punta del pueblo, para hablar con el brujo y que le diese todos sus poderes para vencer a su hermano pequeño. Al conseguirlo, se volvió maligno, al tener todos los poderes del mundo posibles, y decidió hacer todo tipo de trampas. Cuando empezó la competición, el hermano mayor estaba consiguiendo ganar al hermano pequeño en todo, sin embargo, Nicolás estaba demasiado preparado, y ganaba a su hermano en algunas de las pruebas de inteligencia más difíciles pese a estar jugando limpio. Cuando el torneo de príncipes estaba terminando, los jueces propusieron una última prueba, que consistía, en ser honesto, leal y fiel con todo su pueblo, esta prueba duraba un día entero, y el pueblo y los jueces, elegirían a su legítimo Rey. Mediante la última prueba, el príncipe David, al haber acudido a un brujo malvado, de ningún modo podía ser amable con los demás, así, que dirijo a su hermano a la farola más cercana a la plaza del pueblo, y lo convirtió en un dragón, con sus mismos rasgos, para que no pudiera ser rey, el dragón se dirijo al castillo, y le conto a los reyes, lo que había pasado, y de esta forma castigaron al príncipe David convirtiéndole en piedra, y encerrando sus poderes en tres esferas de cristal, que liberara al dragón, si es que es cierto que es el príncipe Nicolás, y también hechizaron el pueblo, para que nadie pudiera adentrarse en el reino de la brujería, llamado “ el reino negro”.
_ ¿entonces, quieres decir que tú eres un príncipe hechizado?
No, ya no soy un príncipe, eso fue hace doscientos años, cuando el pueblo estaba lleno de flores, y de gente bailando y cantando en fiestas y bodas, pero desde que los brujos han hechizado nuestro pueblo, nos resulta bastante complicado vivir aquí.
Entonces, le mire a los ojos y le dije:
_ ¿y porque nunca has pensado en buscarlo?
El me miro a mí, y me dijo:
_ eso es, porque solo pueden buscarlo las personas que no son de la realeza.
Entonces, sin pensármelo le dije:
_ ¿y porque no te ayudo yo?
El se alegro mucho, y me pidió que fuese a la farola el día siguiente, a las doce de la media noche, y me prepara, para ir a luchar, y a vivir todo tipo de aventuras, para encontrar las tres esferas de cristal, en las que están escondidos los poderes de Nicolás.
Al día siguiente, me acerque a la farola a la hora que él me dijo, el estaba allí sentado, con una túnica de color negra, una espada y un sombrero de paja de color marrón, con una cinta de color gris. Yo llevaba puesto un pantalón del pijama, un jersey rojo, y un abrigo de color gris.
Nicolás estaba dispuesto a encontrar todas las esferas de cristal, aunque no pudiera acompañarme.
Cuando ya llevaba caminando en círculos varias horas, Nicolás prosiguió su plan, y se adentro en el bosque con los bolsillos llenos de salsa de carne, mientras yo corría para pasar por la laguna negra, de esa forma, los lobos que controlan el límite del hechizo se despistarían, y yo podría escaparme de allí sin ningún problema, pero, de repente escuche un grito:
-¡Nicolás!
Los lobos, le estaban rodeando, el no tenia escapatoria, pero de repente, una enorme llama de fuego los quemo a todos, el se había convertido en un dragón de fuego azul, de escamas azules, y cola larga y ancha.
Yo esta mas asustada que todos aquellos lobos, y para no defraudar a Nicolás, seguí las pautas que él me dio.
Pasadas unas horas, vi un enorme lago de agua cristalina y hielo, yo, sedienta, me acerque y empecé a beber, pero cuando mire el agua más detenidamente, me di cuenta, de que en el fondo de él había una especie de cristal brillante, entonces me di cuenta de que era una de las esferas de cristal que necesitábamos, y me lance al agua, que por cierto estaba helada a rescatarla, pero cuando me metí en el agua, desde la punta del pueblo hasta la otra, se estaba formando una capa de nieve y hielo, como si el invierno pasara por minutos, pero aunque estuviera muy asombrada, sabía que debía rescatar aquella esfera de cristal que estaba sumergida en el fondo de aquel lago de agua cristalina. Cuando rescate la esfera, intente subir a la superficie, pero no pude, porque el lago estaba helado, es decir congelado. Pasaban las horas, y notaba como mi cerebro no podía pensar, y yo no sabía dónde estaba, cuando vi algo enorme volando, sobre la superficie, no sabía bien con certeza que era, entonces se poso sobre el hielo, para decirme algo, pero mis ojos se cerrajón, y caí al fondo del oscuro lago, entonces aquel ser derritió con fuego dodo el hielo, y bajo casi al fondo del lago a rescatarme.
Cuando entre en huso de razón y desperté, me di cuenta de que estaba Nicolás volando sobre el cielo, pero me equivoque, Nicolás era un dragón mucho más pequeño.

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